lunes, 10 de enero de 2011

Elijo creer

El otro día me emocione, vi pasar a los bomberos en la autobomba, haciendo sonar sus sirenas, tocando bocina, a una velocidad tan exasperante que hasta los chicos mas chicos podían alcanzarla y saludar a los Reyes Magos. Si, me emocione, me emocione por que vi en los ojos de esos chicos la emoción de creer; sus madres, sus padres, cómplices del momento, llevándolos de la mano hacia la vereda mas cercana para poder alcanzar uno de los tantos regalos que eran lanzados por Melchor, algún caramelo tirado por Gaspar con impresionante puntería o, algún chupetín acercado por Baltasar a las manos felices de quienes esperaban tan hermoso momento.
Supongo que no debo ser el único, debe ser normal, OJALA sea normal, todos deberían ver la felicidad de esos chicos y emocionarse, porque eso habla bien de todos, habla bien de las madres que llevan a sus hijos a ver a los Reyes, habla bien de los padres que se hacen un lugar en su día para tomarse el tiempo de acercar a sus hijos, habla bien de los tíos, de las tías, de las abuelas, de los abuelos, de todos que los que todavía sueñan con ver a esos chicos día a día mas felices.
Me emociono porque también veo en esas madres, una generación de madres de mi edad, muchas compañeras de colegio, de trabajo, del jardín, del barrio… Me emociono porque recuerdo que a mi edad en la tele veía que éramos una juventud perdida, adicta tanto a las drogas como a los peores calvarios, éramos la peor juventud de la historia, éramos… pero no fuimos. Me emociono porque me hacen creer, me emociono porque se que se equivocan cuando nuevamente vuelvo a escuchar las mismas palabras. Las mismas palabras, nuevos jóvenes. La misma forma de mostrar a la juventud en la calle, borrachos, peleándose, despreocupados de todo, preocupados por nada.
Este año debo decir que conocí mucha gente joven en distintos espacios en los cuales me desenvolví, sinceramente no eran lo que me mostraron, no eran ese torbellino que lo que único que hacen es destruir, no eran esos ignorantes desquiciados, no eran esos borrachos descontrolados, no eran nada de lo que se ve en los informes de tv, o por lo menos no eran como ellos los mostraban, porque seamos sinceros, todos fuimos jóvenes alguna vez, todos alguna vez pudimos ser uno de esos chicos que muestran tirados en la puerta de un boliche, todos algunas vez tuvimos que ahogar nuestras penas en un vaso de alcohol. Esto nos pone frente a un dilema, que clase de juventud es la que a futuro va a ser la que maneje los hilos del país… van a ser esos alcohólicos, drogadictos, o van a ser gente de bien, comprometidas con el país, el mundo y su prójimo. Ahí solo queda ver que cree cada uno.
Yo elijo creer.